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Antes de Dios o el Ángel, el Demonio o los hombres, sólo existía Leviatán, el principio de continuidad y existencia eterna. A través de las relaciones y el tiempo, a menudo me han buscado, pero Leviatán se revelará nada menos que al maestro supremo del Universo.
Leviatán es lo absoluto, hombre, y si te atreves a percibir lo que ni el cielo ni el infierno pueden afectar, debes saber que entonces estás en presencia de Eviatán y tu objetivo final ha sido alcanzado.
Sólo a través de la destrucción de lo que es el Universo pueden los seres humanos sellar su completo dominio de la Llama Negra, porque sólo entonces podrán saber que no están sujetos a una voluntad mayor. El Cielo debe perecer, el infierno debe perecer, sólo el ser humano debe permanecer antes de que la Llama Negra se vuelva Roja en la gloria de su perfección.
Entonces, los magos Rojos contemplarán sólo a Leviatán, quien entonces reconocerá que se ha convertido en la mente perfecta y que debe rehacer el Cosmos en la gloria eterna de su Voluntad satánica.
Aquí termina el Diabolicon.
Declaración de Leviatán
