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Por Llewellyn.
En épocas oscuras pasadas, aquellos que adoraban a la Diosa y al Dios corrían el riesgo de ser torturados, apedreados, ahorcados o quemados por aquellos que gobernarían mediante el miedo. Aquellos que siguieron los caminos de la Naturaleza encontraron la necesidad de practicar su religión y su oficio en secreto... en las sombras, por así decirlo.
Como muchos de ellos no sabían leer ni escribir (estos privilegios estaban reservados sólo para las clases clericales y ricas), su fe y sus tradiciones se transmitieron oralmente, de madre a hija, de padre a hijo, de sacerdotisa a miembros del aquelarre. Las Leyes, los Rituales y los Sábados fueron cuidadosamente enseñados y memorizados durante esa época oscura. Siempre en secreto y siempre con un ojo y un oído abiertos al opresor.
Con el tiempo, la brujería (en lo que respecta al mundo no mágico) pasó al ámbito de los cuentos de hadas. Aún así, los Hijos de la Diosa permanecieron callados y escondidos. Aunque muchos rechazaron la Wicca como un mito, los practicantes de las religiones antiguas todavía eran perseguidos, acosados y asesinados si eran descubiertos.
A medida que aprendieron a leer y escribir, comenzaron a aplicar las antiguas costumbres del papel y la tinta. Aún temerosos, y con razón, se encargaron de copiar palabra por palabra las leyes y ritos sagrados del libro de Artes Mágicas de su sacerdotisa, que llegó a ser conocido como el Libro de las Sombras. Estos Libros de las Sombras estaban protegidos y bien escondidos. Sabían que si se encontraban los Libros, podría significar un final insoportable y prematuro para ellos y posiblemente para sus familiares y amigos.
A principios de la década de 1950, las duras leyes inglesas contra la brujería fueron derogadas y la Wicca comenzó a ser conocida en todo el mundo. Aún así, enfrentaron la oposición, el miedo y la ira de aquellos que no entendían los caminos de los sabios. Brujas como Sybil Leek, Gerald Gardner y otros comenzaron una larga cruzada para educar al mundo sobre la verdad de la brujería actual.
En 1971, Lady Sheba, una autodenominada Bruja por tradición y Gardneriana por elección, permitió a Llewellyn publicar su propio Libro de las Sombras, copiado a mano. Aunque fue controvertido y hubo quienes la acusaron de violar su “juramento de secreto”, ella afirmó que el tiempo del secreto había pasado. Lo publicó con la esperanza de sacar a la luz auténticas creencias sobre la brujería y restablecer la respetabilidad de las artes antiguas.
Y aparentemente ya era hora. Lady Sheba fue una de las primeras en registrar la Wicca como religión legalmente reconocida, inspirando a muchos otros a hacer lo mismo. Fue tal la respuesta al Libro de las Sombras de Lady Sheba que Llewellyn tuvo que reimprimirlo nuevamente en 1973. Ahora, gracias a la valentía de Lady Sheba y de aquellos pocos que antes que ella tuvieron el coraje de "salir del armario de las escobas", hay cientos de grupos y organizaciones con decenas de miles de wiccanos y paganos abiertamente mágicos que practican su fe en los Estados Unidos y en el extranjero.
El Libro de las Sombras es más que una simple colección de hechizos. Es un depósito de los principios fundamentales de la religión Wiccan. Es una guía invaluable en el viaje hacia la realización espiritual. Si su única exposición a un Libro de las Sombras ha sido en programas de televisión como Teen Witches o Sabrina the Teenage Witch, se sorprenderá de lo que contiene un Libro real.
El Libro de las Sombras se divide en tres secciones: Las Leyes, Los Rituales y Los Sabbats. Las Leyes contienen la descripción de la Suma Sacerdotisa y el Sacerdote, y las 162 reglas de conducta para las Brujas. Los rituales describen los ritos de iniciación, consagración y adoración. Se incluyen canciones y bailes reales para invocar a la Diosa y los dioses. Finalmente, los ritos de los Ocho Sabbats, los tiempos más sagrados para la Wicca, se revelan en su totalidad en los Sabbats.
A pesar de su éxito, El libro de las sombras lleva más de veinte años agotado. Las copias estaban guardadas tan celosamente como los antiguos Libros de las Sombras. Raros y valiosos, han servido de guía a miles de brujas en todo el mundo. Ahora una nueva generación puede estudiar un auténtico Libro de las Sombras y redescubrir por sí mismos la verdad de las Viejas Costumbres.
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fuente:
Fuera de las sombras, hacia la luz: El libro de las sombras de Lady Sheba, de Lllewellyn.
https://www.llewellyn.com/jour
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Texto adaptado, revisado y enviado por Ícaro Arón Soares.
