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Por Jean-Louis de Biasi, traducido por Ícaro Aron Soares.
Desde hace cientos de años, el aura ha sido descrita, representada y pintada en todo el mundo. Se han utilizado fotografías de Kirlian y, más recientemente, computadoras para tomar fotografías o detectar la energía que rodea nuestros cuerpos físicos. En mi libro Misterios del Aura, cuento la historia de estos fascinantes inventos modernos. Parecen validar las representaciones antiguas que podemos ver en el arte religioso oriental y occidental. La mayoría de ellos tienen un halo alrededor de la cabeza. Otros ejemplos muestran el cuerpo entero sumergido en una llama o, durante el estilo románico en Europa, colocado en un óvalo llamado “mandorla”.
Sin duda, quienes representan las auras de esta manera han oído hablar o han visto esta luz. De hecho, la cabeza manifiesta un alto nivel de energía. La tradición oriental sitúa allí un chakra llamado Sahasrara. La tradición cabalística utiliza la imagen de una corona de oro llamada Kether. En el libro explicamos los distintos niveles de energía manifestados por diferentes auras, cada una asociada con funciones específicas. Este es el caso del aura etérica, luego el aura astral, el aura mental, etc. Los centros de energía se pueden encontrar en todas partes de los cuerpos luminosos, aunque tradicionalmente se consideran siete como principales. Cuanto más entrelazada con el cuerpo físico, más densa es el aura. Cuanto menos relacionado con el plano material, más vibra la energía. Los halos de los que hablamos manifiestan los niveles más elevados del aura astral. Dicho esto, hay un misterio al borde de esta luz. Cualquier representación puede engañar. Estamos usando nuestros sentidos para representar algo que pertenece a un nivel diferente de la realidad. Es muy probable que mientras lees este artículo, la luz esté presente a tu alrededor. Podría provenir de su monitor, de una lámpara o simplemente del sol. Sólo por unos segundos, te invito a encontrar el límite de estas luces. ¿Ves un límite claro representado en las pinturas o esculturas? Claro que no. ¿Ves rayos de luz? A veces sí. Parece que la luz física que observas se extiende hasta cierto límite y desaparece hasta dejar de ser visible. Esto no significa que la vibración haya cesado. La luz acaba de alcanzar un nivel que vuestro ojo físico no puede ver. Lo mismo ocurre con tu aura.
Es necesario trascender la representación convencional, útil para explicar la naturaleza de estos cuerpos de luz. Debes imaginar que el nivel más alto de tu aura se extiende hasta el infinito. Tu aura está presente a mi alrededor y la mía a tu alrededor. A decir verdad, estamos en contacto directo en el nivel invisible. Así como millones de canales de televisión penetran en tu cuerpo, el aura de todos en el universo está presente en todas partes. Ser consciente de esto te permite descubrir una nueva realidad en la que la curación a distancia y la lectura del aura o ayudar a alguien necesitado se pueden realizar dondequiera que estés.
Recuerda que utilizar estas habilidades internas y dominar la visión astral te da la clave para explorar los límites del cosmos. La práctica de los ejercicios graduados que se proporcionan en el libro ofrece una forma segura y eficaz de alcanzar estos mundos fascinantes.
fuente: https://www.llewellyn.com/blog
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